Más Sobre 5.º ACC Americano

Tu primera tarea es encontrar la mente del preclear. Si quieres hacer que sus postulados sean efectivos sobre él, sin duda más te vale tenerle en una condición en la que esté en el universo en el que sus postulados son efectivos. — L. Ronald Hubbard

Tras las exitosa completación de los primeros cuatro Cursos Clínicos Avanzados, estaban llegando ganancias a raudales desde el campo en un chorro cada vez más grande. Un preclear parcialmente sordo recuperó su oído al cabo de sólo unas pocas órdenes de auditación. Una mujer que no podía andar por un pie gravemente herido, a la que el médico había pronosticado seis semanas de recuperación, en vez de eso buscó un auditor y dos días más tarde salió a la calle andando a paso ligero rumbo a la peluquería. También estaba la dueña de una tienda, incapacitada con migrañas, catarros, fiebre y una miríada de otros achaques, que estaba a punto de echar el cierre en la tienda cuando entró un cliente. Cuarenta minutos después había vuelto a abrir y estaba hablando por teléfono afanosamente atendiendo el negocio; sencillamente lo que ocurrió fue que aquel cliente era un graduado del ACC.

Así que cuando el 29 de marzo de 1954, Ronald llegó al número 616 de la calle Tercera Norte, en Phoenix, para comenzar la entrega del 5.º Curso Clínico Avanzado Americano, un grupo de auditores escogidos estaban allí aguardando. Sus expectativas pronto se hicieron realidad. Porque si cada uno de los anteriores ACCs había estado marcado por todavía otro avance que constituía un hito (exteriorización, livingness, beingness), lo que ahora se iba a revelar allí no era en absoluto menos significativo. Específicamente el tema de los Universos.

Y mientras que la definición de LRH de un universo como un sistema completo de “cosas creadas” era muy atinada, Ronald ahora había cruzado el umbral de un nuevo avance sensacional, desarrollando y codificando técnicas de auditación que se dirigían a la capacidad del preclear para observar directamente todos los tres universos: el suyo propio, el de su prójimo, y el universo físico. Como Ronald lo expuso:

La continua fijación y dependencia de un único universo, mientras se ignoran los otros dos universos, conduce a la oscuridad, a la desesperación, al nothingness. No hay nada de malo con el universo físico. Uno no debería dejar de observar el universo físico, pero uno de ninguna manera debería concentrarse en él de tal modo que sólo pueda “estar de acuerdo” con él y con sus leyes. Uno tiene sus propias leyes. Es mejor, mucho mejor que el individuo se concentre en su propio universo, a que se concentre en el universo mest. Pero esta, en sí, no es la respuesta final. Se alcanza un equilibrio entre los tres universos y una certeza sobre estos universos.

Como aquellos auditores del 5.º ACC iban muy pronto a descubrir, lo que Ronald les estaba impartiendo representó un formidable avance en su capacidad para cascar casos. Pues como LRH reveló: el creador de un universo es el “dios” de ese universo, y alguien que entra en el universo de otro está sujeto a sus postulados y leyes. Y ahí es exactamente donde la mayoría de sus preclears iban a ser encontrados: en los universos de otros.

Por ello, Ronald instruyó a los auditores en un arsenal de técnicas con las que los preclears no sólo podían volver a ganar su dominio en sus propios universos, sino ganar la amplitud de la comprensión y la anchura de la consciencia que resulta de la certeza en todos los tres universos.

• Procedimiento de Curso Avanzado: un conjunto de procesos diseñados para lograr una meta primaria en la auditación: conseguir que el preclear cambie de opinión;
• Procedimiento Operativo Estándar 8-D (SOP 8-D): incluyendo una técnica para separar los universos entretejidos y entrelazados;
• Línea Directa de Punto de Vista y Línea Directa de Ser, Hacer, Tener: procesos que capacitan a un preclear a tolerar cualquier punto de vista, en cualquier universo.

A pesar de la naturaleza avanzada de estos procedimientos, Ronald subrayó los fundamentos requeridos para asegurar su efectividad, con conferencias que describen:

• Definiciones Básicas de Scientology: descripciones completas del tiempo, espacio, engramas, facsímiles y el estático;
• Presencia de Auditor: el beingness de un auditor y cómo adquirirlo;
• Autoanálisis: una conferencia entera, “Evolución y Uso de Autoanálisis”, sobre cómo auditar los procesos del libro; así como el papel de la penúltima lista para liberar una aguja constantemente atorada.
• Éxito y Fracaso de un Caso: cómo asegurar que las órdenes del auditor tengan más peso que las órdenes de los engramas del preclear;
• Espacio: cuando se audita un caso arduo que se rehúsa a ponerse bien, el espacio del preclear tiene que resolverse antes de que se puedan abordar sus postulados.

Con los resultados espectaculares de estos avances técnicos, la expansión (para llevarlos a otras personas) llegó a ser una prioridad fundamental. Por ello, a pesar de su rigurosa agenda de conferencias y la senda de investigación que estaba al rojo vivo, Ronald llevó a la diseminación a un nivel estruendoso, con libros que se distribuyeron a miles, actividades de campo que surgían desde Auckland a Boston, y con una publicidad de boca en boca que iba en aumento cada día a partir de las incontables historias de vidas que cambiaron a mejor.

Y si ese era el lema en el frente organizativo, LRH también estaba yendo directamente al frente público. Pues a pesar de la apretada agenda, y entre conferencias, fue durante el 5.º ACC cuando Ronald entregó una serie de anuncios de radio de 15 minutos sobre los fundamentos de Scientology. Por ejemplo: su perenne clásico “¿Es Posible ser Feliz?” que se emitió como una de esa memorable serie de charlas. Hoy aparece como el primer capítulo de Scientology: Un Nuevo Punto de Vista sobre la Vida, un testimonio de los perdurables efectos de los desarrollos técnicos de Ronald para fijar el futuro rumbo de la diseminación.